Los primeros 100 días: Kim M. Nolte, directora ejecutiva de MCN, habla de los retos a futuro
[Nota del Editor: ¡Bienvenida, Kim! Nuestra nueva directora ejecutiva, Kim M. Nolte, MPH, MCHES ofrece su perspectiva sobre la Red de Proveedores de Servicios de Salud para Migrantes a través de una miniserie de publicaciones en nuestro blog durante sus primeros 100 días de trabajo. Aquí está la primera de ellas.]
La migración nunca ha sido tan compleja. Las recientes proyecciones estiman que la migración está creciendo rápidamente como resultado de desastres climáticos como huracanes, tornados, inundaciones, sequías e incendios forestales. Estos desastres naturales letales que afectan a todos los rincones del planeta sólo van a crecer en frecuencia y gravedad. Simultáneamente, aquí en las Américas, los cambios en la política migratoria, el aumento de la inestabilidad política y de la violencia de las pandillas, así como la creciente desigualdad en la distribución de las riquezas, causan grandes estragos en los medios de subsistencia de millones de personas, sobre todo, para quienes ya estaban batallando con bajos ingresos.
Al iniciar mi segundo mes como directora ejecutiva de la Red de Proveedores de Servicios de Salud para Migrantes (MCN por sus siglas en inglés), estoy agradecida por el trabajo increíblemente talentoso y visionario que realizan mis colegas y por nuestra amplia red nacional de aliados, que ya están considerando los complicados y prolongados efectos que trae la crisis climática en combinación con las múltiples fuerzas que entran en juego en la migración.
Por ejemplo, recientemente se hizo noticia a nivel nacional la desgarradora historia de un niño migrante de ocho años que murió por causa de una maquinaria en una granja lechera. Presuntamente, su padre quería emigrar a Estados Unidos para trabajar y poder mantener mejor a su familia que en su país de origen, Nicaragua. Había oído que los hombres solteros eran rechazados en la frontera entre Estados Unidos y México, y que a los padres con niños pequeños a menudo se les permitía entrar al país, mientras esperaban su audiencia de asilo. Este padre, con la esperanza de mantener a su familia, trajo consigo a su hijo, sin estar consciente de los peligros que luego le llevarían a su muerte.
En esta tragedia confluyen muchos aspectos como la política fronteriza, la seguridad y la salud ocupacional de los trabajadores agrícolas -incluyendo las condiciones de vida-, el acceso a la atención en salud, la justicia lingüística -- y MCN está trabajando con rapidez y sin descanso para abordar muchos de estos problemas claves para la salud de los migrantes. En las últimas semanas, he aprendido sobre el trabajo que MCN ha hecho históricamente para equipar a los trabajadores de lecherías con recursos y materiales de capacitación para entrenadores para ayudar a los trabajadores del campo a entender sus derechos y cómo mantenerse a salvo cuando trabajan en algunos de los trabajos más peligrosos del país. También, aprendí sobre los esfuerzos que MCN realiza para mantener a los niños alejados de los campos. Por supuesto, MCN sigue siendo un líder en justicia lingüística, impulsando sus iniciativas para que haya mayor accesibilidad a materiales de salud que sean lingüística y culturalmente sensibles y de fácil comprensión. Regularmente, MCN está abogando para que los migrantes tengan un mayor acceso a la atención en salud. MCN no se limita a expresar su preocupación, sino que interviene y crea soluciones prácticas, reales y duraderas. Un ejemplo es nuestra Red de Salud, programa que se lanzó específicamente para cubrir las necesidades de salud de las poblaciones móviles y ofrecerles continuidad en los cuidados que tanto necesitan pese a su movilidad. MCN vio la injusticia y creó este programa de navegación virtual de casos que ayuda a los migrantes con necesidades continuas de salud a encontrar atención médica en su próximo lugar de destino.
Estoy orgullosa del trabajo que MCN está haciendo y miro con ilusión hacia el futuro. Tenemos mucho por hacer y este trabajo tan importante salvará vidas; vidas cuya trayectoria será guiada hacia la salud y la seguridad y alejada del miedo y el peligro. Me encantaría saber qué opinan nuestros aliados y quienes nos apoyan sobre el camino que nos queda por recorrer en materia de salud migrante mientras seguimos luchando por la justicia en salud, especialmente a la luz de los continuos cambios migratorios y climáticos. No duden en escribirme a: knolte@migrantclinician.org.
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